jueves, agosto 14, 2008


PSICOGENEALOGÍA Y LA MENTE MÁGICA

En un nivel arcaico, irracional, el ser humano responde al deseo de conservarse, de vivir a consta de todo, no solamente en un sentido practico sino también simbólico.
En el cerebro arcaico no hay diferencia entre una realidad objetiva e una imaginaria, entonces inclusive una idea y su sobre vivencia pueden ser fundamentales para la conservación del ser. Mantener en vida recuerdos, fantasmas, estructuras de comportamiento, muertos e ideologías que procedan del linaje genealógico al que se pertenece es tan importante para nuestro cerebro como tener comida, protección, territorio y progenie.

Se llaman cuerpos inhibidores a estos sistemas de representación interior, que luego se materializan en nuestro cuerpo y modus vivendi, impidiendo el contacto con el Ser esencial de cada uno y la plena realización intelectual, emocional, sexual, corporal y espiritual.

Estudiando la historia del propio árbol genealógico se descubre de donde nacen esto cuerpos metafóricos para trazar los acuerdos fundamentales de fidelidad que cada uno hace de forma más o menos inconsciente con el propio clan de pertenencia.
El impulso a la sobre vivencia es primario y la fidelidad al clan de pertenencia es, en el cerebro animal, la llave para su conservación. Traicionar la estructura, cambiar de pautas y comportamientos representa en el cerebro animal, el riesgo a ser excluido por el clan, el riesgo de morir por falta de alimento o protección.

Cada ves que nuestra vida se encuentra inmovilizada, que nuestras energías se retiran, se desvaloran, cuando pasamos la vida luchando en contra de algo, cuando repetimos la vida de otro, es muy probable que estemos actuando dirigidos por el miedo a desobedecer a alguna ley del árbol, al ser colectivo al que pertenecemos. Estamos entonces operando desde el punto de vista de algún cuerpo inhibidor es decir no somos libres de ser nosotros mismos.

Los Espíritus son cuerpos inhibidores intelectuales, ideas que absorbimos en la familia (el amor no existe, el dinero es sucio, el sexo es el demonio, las mujeres son idiotas etc.) y que ahora limitan el contacto con nuestro genio.

Los fantasmas representan inhibiciones emocionales que invaden el Ser esencial y crean una pauta de comportamiento repetitivo, una parálisis existencial que va en contra de las leyes universales. El comportamiento repetitivo puede ser literal ( tener el mismo nombre de un abuelo) o subliminal (nacer en la misma fecha de un difunto) o simplemente puede ser la repetición de estructuras de comportamiento del árbol, que hacen que no florezca la gracia en el corazón.

Los demonios son inhibiciones sexuales y creativas, se expresan a través de pulsiones o retenciones o impiden la expresión creativa natural del ser y el contacto con su fuerza innata.

Las entidades son restricciones espaciales que acaban metaforizándose en el cuerpo ( delgadez, obesidad, huecos en el cuerpo, jorobas, mascaras). Cuando no hay suficiente espacio en familias con muchos hijos, cuando uno nace no deseado, del sexo opuesto al esperado, es posible que el cerebro animal encuentre estrategias de sobre vivencia que utilicen una entidad para integrarse en el clan, cuerpos que no se podrán desarrollar como campeones sin remover las causas de su bloqueo.

El cerebro arcaico es mágico, es capaz de crear a partir de una metáfora una realidad, habilidad que en el psicochamanismo se utiliza para reorientar los programas neuronales de protección del cerebro. Así entonces se pueden hacer operaciones sobre los cuerpos metafóricos, extirpar culpas, romper maldiciones y profecías nefastas, desbloquear fijaciones emocionales que hechizan a las personas, percatarse de embrujos y desintoxicarse de la adicción a ciertas estructuras de comportamiento. El cerebro mágico no distingue entre la realidad y la metáfora, cuando se concentra la atención de una persona en un espacio sagrado, protegido, se abren las puertas a la imaginación curativa, donde el Ser esencial puede finalmente manifestarse y re-alinearse con las energías de la persona.

La psicomagía y el psicochamanismo son lenguajes que se integran al nivel simbólico que corresponde al árbol genealógico, para ayudar la mutación de abertura y evolución, contra la tendencia caníbal de conservación.