lunes, marzo 17, 2008

Madrid 14-15 junio; 12-13 julio 2008

'El Viaje del Heroe'
Es un taller intensivo de Coaching Creativo con atencion personalizada + un mes de trabajo con sesiones telefonicas . Es un viaje de creación de la realidad que uno elija vivir

¿Por que deberia ser el mundo solo como tu crees que es? ¿Quien te dió la autoridad para decir esto? - Don Juan a Carlos Castaneda en 'Viaje a Ixtlan'

INFO: CENTRONAGUAL carretera de Canillas, 44 Madrid
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sábado, marzo 01, 2008

EL VIAJE DEL HÉROE CREATIVO

La creatividad y los retos de la vida son las dos caras de la misma moneda.
Para enfrentarnos a los problemas que nuestra existencia nos brinda, necesitamos poner en marcha nuestra creatividad de manera eficaz. A la vez, cualquier vuelo creativo necesita de los retos de la creación para llegar a materializarse de la manera deseada. Creatividad y Pruebas son los elementos con los que juega y se enfrenta el héroe en su viaje hacia el cambio, sea este un cuento, un mito o una situación de la vida real.

Por razones culturales estamos acostumbrados a referirnos tanto a las pruebas como a la creatividad como algo externos a nosotros, es decir que la mayoría de las persona cree ser victima de las circunstancias de la vida y espera inspiración y respuestas también desde el exterior, encomendándose a expertos, terapeutas, gurus y musas para obtener ayuda. En realidad el viaje del Héroe es un viaje hacia el interior de uno mismo, un viaje donde las pruebas suelen ser las limitaciones interiores y la creatividad el recurso olvidado. Se trata de un viaje de auto superación donde el premio, el Grial, no es la solución a todos los problemas sino el aprendizaje de lo que podemos hacer con los problemas.
El Héroe no pide por que le envían una prueba, sino para que le sirve esa prueba, el reto se convierte entonces en la llave que le brinda el aprendizaje de nuevos recursos porque le pone en la condición de ‘no saber’ y de tener que inventar algo nuevo.
Cada vez que nos encontramos haciendo algo nuevo, entramos en territorio creativo, lo que sabemos ya no sirve, no podemos repetir y necesitamos inventar, probar, tal vez adivinar, pero gracias a esto nuestra experiencia se alarga y crece.
Cuando éramos niños la aventura era nuestra condición constante, todo era nuevo, todo era estimulante, cualquier problema desaparecía en el mismo instante en que pasábamos a la acción con el juego. Pero al mismo tiempo, ‘lo importante’ lo decidían papá y mama, ellos encontraban las ‘otras’ soluciones y ahora que somos mayores talvez estemos esperando que sus substitutos nos vengan a quitar las castañas del fuego.

En conclusión vivimos como niños delegando la responsabilidad de lo que nos sucede a los demás y nos negamos a vivir la creatividad porque un juego, no es serio. Es decir que el héroe en su viaje tendrá que aprender a ser responsable de si mismo y de lo que le sucede, liberando a la vez su capacidad de jugar, inventar y crear, bloqueada por su educación.

La primera tarea del héroe, una vez cruzado el umbral de su aventura, consiste en sacarse las mascaras de las personalidades que recubren su autenticidad. Casi siempre estas mascaras están al servicio de la aprobación y de la aceptación proveniente del exterior. Desde pequeños aprendemos a comportarnos de diferentes maneras para captar la atención de nuestros padres, profesores, amigos, etc. y estas maneras de comportarse acaban creando una capa encima de nuestra originalidad, desviándonos de un comportamiento autentico. Por cierto, es una estrategia de supervivencia que en su tiempo es necesaria para formar al niño, pero a menudo solemos perpetuar este estilo de comportamiento también en la edad adulta. Este es el problema: muchos adultos siguen comportándose exactamente como cuando eran niños. Seguimos repitiendo las mismas estructuras emocionales con nuestro jefe, nuestra pareja, con las amistades y los hijos, hasta que algún reto inesperado nos convierte en héroe involuntario y nos encontramos cruzando el umbral del cambio.
Mirando a fondo, la vida está llena de pasajes iniciáticos, son los dramas que llegan como tormentas terribles y que con el pasar del tiempo podemos reconocer casi como bendiciones. En aquellos momentos penosos necesitábamos una revisión, una actualización de nuestra manera de vivir, estábamos maduros para sacarnos una mascara y entrar en una nueva etapa.

La gran diferencia entre un héroe y un hombre común es que el primero decide entrar en el cambio de forma voluntaria, decide revisar sus mascaras antes de que la vida se encargue de ello. La primera lección del viaje es tomar la decisión, luego asumir la responsabilidad y comprometerse a alcanzar la meta.

Creatividad, como maestría en el arte de soñar y responsabilidad, en el sentido de habilidad de respuesta a los retos de la vida, son las dos llaves necesarias para conseguir la propia dicha, sea ésta un proyecto o una manera de vivir. Trasformarse en un héroe no es necesario, pues lo somos en potencia cada uno de nosotros, lo que si es necesario es saber contestar a la llamada, a la aventura, a la invitación que la vida nos hace al juego creativo. Aprender a jugar en serio en cambio que fingir ser serios sin jugar es el grial, la meta, hacia la autenticidad.